Gran parte de
la actividad de una banda de música transcurre al aire libre, en la calle. Esto
se debe tanto al carácter de la formación, cuyo conjunto de instrumentos de
viento y percusión le hace tener una potencia sonora que la habilita para este
espacio por encima de cualquier otro conjunto hasta entonces conocido, como a
su funcionalidad: actos oficiales del municipio, amenizar fiestas populares,
marchas, dianas, pasacalles y por supuesto, conciertos.
De
los escenarios característicos para las bandas de música, podemos destacar el
“Templete, Quiosco o Kiosco de la música”.
Vista del templete |
En sus
orígenes, un templete o quiosco, era un pabellón ligero que se instalaba para
albergar de las inclemencias meteorológicas actos al aire libre. Durante la
época Victoriana, se construyeron la mayoría de los templetes para brass band del Reino Unido y comenzó a
ser una construcción característica de las ciudades a finales del siglo XIX y
principios del XX. Los hay de diversos tamaños y más o menos deben cumplir con
requisitos acústicos.
El templete
cacereño es conocido por todos como “El Bombo”, tal vez por la forma abombada
de su cubierta más que por ese instrumento, y está instalado en el centro del
“Paseo de Cánovas”. Este paseo fue planificado en 1887 como parte del ensanche
de la ciudad. Partía de la calle San Antón y tomando el camino que se conocía
como de San Juan del Puerto, enlazaba con la estación de ferrocarril y con la
carretera de Mérida. Al principio sólo se ubicaban en él el Hospital Provincial
(1892), las Hermanitas de los Pobres (1885) y el Parador del Carmen, el resto
era campo de cultivo y cercados para ganado. Más tarde, y principalmente entre
1925 y 1935, se construyeron la mayoría de los característicos chalets
burgueses de los que hoy, desgraciadamente, tan solo se conservan unos pocos.
El templete de
la música, se inauguró en 1896 junto con el parque que no tenía nombre hasta
que al año siguiente mataron al ministro Antonio Cánovas del Castillo. Por
entonces los cacereños podían pasear por el parque dónde los domingos, tocaba
la Banda Municipal y cada poco tiempo se realizaban juegos florales, paradas
militares y el templete servía de tribuna para las juras de bandera. Para estos
actos se instalaban en sus proximidades quioscos de bebidas de madera, con
sillas de hierro que se alquilaban “a perra gorda” y se guardaban junto a los
útiles de jardinería en los bajos del templete, más tardes convertidos en la
terraza de verano de la cafetería del Café
Mercantil.
El Bombo
continuó como escenario de los conciertos de primavera y verano de la banda,
sonando cada domingo los acordes de La
Gran Vía o Jugar con Fuego, bajo
la batuta del maestro Arturo García, del que Fernando García Morales recuerda que
no tenía “muy buenas pulgas” y cuando los niños no guardaban silencio les
soltaba algún “batutazo”.
Continuando
con la historia de este lugar, el huracán de 1941 destruyó su cubierta de zinc.
Se hizo cargo de la rehabilitación el arquitecto municipal Ángel Pérez, autor
también del edificio de la Escuela de Idiomas y las viviendas protegidas de San
Blas y el Espíritu Santo. Se reinauguró en 1942 con la actual cubierta de cobre
que por entonces tenía un pináculo con las flechas y el yugo fascista que
recomendó poner el jefe de la Falange.
Desde hace
unos años, el Ayuntamiento ha ido sustituyendo la mayoría de las actuaciones en
este lugar por otras tal vez menos musicalmente importantes pero todavía
ponemos ver a nuestra Banda Municipal en su templete algún domingo a mediodía
en el inicio de la temporada de conciertos primavera-verano, algún viernes
tarde de verano, conmemorando el día de Extremadura en Septiembre o el pasado
27 de Noviembre cuando desde la Asociación que gestiona la banda organizó un concierto de homenaje a la patrona de la música, Santa Cecilia.
Concierto Santa Cecilia 2011 |
Si bien es
cierto que en la actualidad el número de actuaciones de la Banda Municipal se
ha reducido en este lugar, “El Bombo” se ha ido convirtiendo con el paso del
tiempo en un punto de encuentro y lugar de referencia para la vida cultural de
la ciudad. Ahora es un espacio “multiusos” utilizado para manifestaciones
(universitarios, indignados…), encuentros de jóvenes, festivales de folclore,
títeres, exhibiciones de trofeos deportivos y por supuesto, conciertos de todo
tipo (alumnos del conservatorio, bandas de cornetas y tambores, etc.).
Tan sólo apuntar
una nota negativa de este histórico escenario: con el paso del tiempo y el
crecimiento de la ciudad, el tranquilo y apacible paseo burgués se ha
convertido en la céntrica y ruidosa avenida que hoy es, con las consiguientes
molestias que eso supone para la música en directo.
Para terminar
y, ahora que empieza la temporada de verano de nuestra banda, sólo cabe esperar las actuaciones programadas en tan bello lugar, emplazando a los lectores a que asistan como
público y participen de la vida musical de nuestra ciudad en todas sus facetas.
Próximas citas en el Templete de la Música |
Noé
Muriel Pérez
REFERENCIAS:
GARCÍA MORALES, Fernando. “Ventanas a la ciudad”. Cámara Oficial de Comercio e Industria de
Cáceres. 1995.
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